Ir más allá de Cockshott: Por un ciber-comunismo verdaderamente cibernetico
Este conjunto de ideas estuvo rebotando en mi cabeza por los últimos 2 a 3 meses hasta que me cruce un twitt y automáticamente conecto todo.
Introducción: Como se vería una sociedad socialista y el debate del cálculo económico
Marx y Engels no especificaron como funcionaria una economía socialista, más que nada por un rechazo al diseño de futuros que al fin y al cabo estarían determinados por condiciones materiales que ellos no podían prever, prefiriendo centrar su obra en un análisis descriptivo del funcionamiento del capitalismo. Aun así, se daba por hecho que en una economía socialista el aparato de mercado y la anarquía de la producción sería reemplazado por una planificación democrática de la producción. Entre las medidas inmediatas mencionadas en el Manifiesto del Partido Comunista, encontramos (negritas son mias)
“7. Incremento de las fábricas nacionales y de los instrumentos de producción; roturación y mejoramiento de los suelos de acuerdo con un plan colectivo/común”
Similarmente, Engels escribe en Los Principios del Comunismo que
“(…) por consiguiente, la gran industria debe destruirse ella misma, lo que es absolutamente imposible, o reconocer que hace imprescindible una organización completamente nueva de la sociedad, en la que la producción industrial no será más dirigida por unos u otros fabricantes en competencia entre sí, sino por toda la sociedad con arreglo a un plan determinado y de conformidad con las necesidades de todos los miembros de la sociedad.”
“Ante todo, la administración de la industria y de todas las ramas de la producción en general dejará de pertenecer a unos u otros individuos en competencia. En lugar de esto, las ramas de la producción pasarán a manos de toda la sociedad, es decir, serán administradas en beneficio de toda la sociedad, con arreglo a un plan general y con la participación de todos los miembros de la sociedad. Por tanto, el nuevo orden social suprimirá la competencia y la sustituirá con la asociación.”
“Al quitar a los capitalistas privados el usufructo de todas las fuerzas productivas y medios de comunicación, así como el cambio y el reparto de los productos, al administrar todo eso con arreglo a un plan basado en los recursos disponibles y las necesidades de toda la sociedad (…)”
La discusion sobre como funcionaria (o si podria funcionar, segun los austriacos) en la practica una economia socialista, una donde se haya abolido la produccion de mercancias y la propiedad privada, es conocido como el debate del calculo socialista. Los primeros aportes que mas tarde darian lugar a este debate se encuentran en los escritos de Enrico Barone, que planteo a una economía como un conjunto de ecuaciones a ser resueltas, si esto lo hacia el mercado o un gobierno era irrelevante. Fue Otto Neurath el primero en escribir en detalle sobre el tema. El austriaco había trabajado en el ministerio de defensa de su país durante la Primera Guerra Mundial, y, inspirado por la organización de la economía de guerra, planteo una economia socialista basada en cálculos en especie (en magnitudes físicas) en vez de en dinero.
Mises, en respuesta a Neurath, fue el que inicio formalmente el debate con la publicación de su artículo El Cálculo Económico en La Comunidad Socialista, donde postulo que el funcionamiento de una economía planificada sería imposible ya que esto implicaría la eliminación de los precios monetarios, que el sostiene son la única base sobre la cual realizar el cálculo económico racional (es decir, como elegir la opción más eficiente). A su vez, plantea que no existen alternativas funcionales, criticando el uso del cálculo en especie o de una unidad de valor objetiva distinta, como el tiempo de trabajo.
Respondiendo a Mises escriben los socialistas de mercado1, entre ellos se destacan Abba Lerner, Henry Douglas Dickinson y, considero yo el mas influyente, Oskar Lange. En general, compartían el establecimiento de un método de prueba y error, un proceso iterativo donde gradualmente precios internos se acercarían al equilibrio, simulando el funcionamiento de un mercado. Lange planteo que tres tipos de información eran necesarios para resolver el problema del cálculo económico, 1. Una escala de preferencias de los consumidores para guiar la producción, 2. Conocimiento sobre las alternativas de producción posibles, y 3. Conocimiento sobre los recursos disponibles. El argumento de Mises era que sin precios era imposible obtener información tipo 2, pero Lange responde que esta puede ser derivada de la información tipo 1 y 3. A su vez, fue el el primero en proponer emplear las entonces rudimentarias tecnologías de computo para procesar dicha informacion
Hayek evoluciono el debate retrayéndose de la posición de Mises, donde el socialismo seria teóricamente imposible, y proponiendo un nuevo argumento donde este era teóricamente posible más imposible de llevar a la practica. Esto a raiz de que la información que Lange daba por sentado se encontraba dispersa entre muchisimos productores y consumidores. Dicha información tiene ademas un carácter tácito y subjetivo, volviéndola transmisible solamente mediante un sistema de precios, que funciona como un sistema de telecomunicaciónes económico para permitir una coordinación social espontanea, sin necesidad de que un participante lo sepa todo, como seria el caso en un economía planificada.
Durante los últimos 30 años se dio una nueva oleada de pensadores socialistas que retomaron el debate del cálculo económico a partir de la explosión de las TICs y del aumento vertiginoso de la capacidad de cómputo, profundizando respecto al uso de las nuevas técnicas de manejo de datos y telecomunicación para la gestión de una economía socialista y señalando inconsistencias en el argumento de Hayek (por ejemplo, su presunción de que el planificador debe tener a su disposición toda la información existente, lo cual no es necesario incluso para los modelos más centralizados)
Cibercomunismo y tecno-reduccionismo
Esta nueva oleada de nuevos autores socialistas tiene como figura clave a Paul Cockshott, un economista y experto en ciencias de la computación de origen escoces. Su libro Hacia un Nuevo Socialismo se publicó en 1993 y fue radical en su presentación de una delineada propuesta para una economía socialista basada en la planificación cibernética. A su vez, estos nuevos argumentos ganaron fama “mainstream” con la publicación de People’s Republic of Wallmart, de Leigh Phillips y Michal Rozworski. El libro plantea como los sistemas de planificación interna de las firmas multinacionales modernas como Wallmart o Amazon guardan los fundamentos para la organización de una economía socialista
Considero que, rastreándose en Cockshott y cristalizando en PRW (específicamente Phillips, pues Rozworski no comparte estos atributos), esta nueva oleada de autores germino a su vez una tendencia tecno-reduccionista.
Quiero ser muy claro con mi lenguaje en este sentido. No uso la etiqueta de tecno-reduccionista por el simple hecho de apelar a las tecnologías como posibilitadoras del socialismo. Muchos críticos de la planificación (véase los austriacos modernos) dicen justamente esto para no tener que enfrentarse con dichos argumentos, como si fuera invalido responder a la pregunta de “¿cómo vas a encontrar y movilizar toda esa información?” con tecnologías ya existentes usadas para encontrar y movilizar esa información. Tampoco creo que todos estos autores confien ciegamente en las tecnologias como las determinantes finales de la historia y el cambio social. En su recolección de escritos en español Cibercomunismo: Planificación Económica, Computadoras y Democracia, Cockshott, analizando el intento de la Unión Soviética de aplicar técnicas de planificación cibernética, plantea que (las negritas son mías, importante recordarlas para más adelante)
“Es evidente —o al menos debería serlo para un marxista— que la tecnología no resuelve nunca por sí misma las contradicciones esenciales de una sociedad. Los posibles cursos de desarrollo para un país se dirimen siempre en una disputa que en último término es política, vinculada a la lucha de clases. Pero las condiciones tecnológicas —y esto también debería ser evidente para un marxista— esclarecen las verdaderas alternativas que hay en juego en cada momento al dotarlas o no de viabilidad, por lo que constituyen una plataforma esencial para asentar propuestas políticas. Por ello, su bien la planificación cibernética comenzaba a ser una posibilidad real en las condiciones materiales de la URSS de los años sesenta, la razón última de que finalmente no llegara a abrirse paso se encuentra en la inexistencia de una tribuna política organizada capaz de promoverla y ubicarla dentro de un proyecto más amplio de recuperación de las ideas originales de la revolución”
Por lo que, al menos, estos tecno-reduccionistas son infinidad de veces más críticos que sus equivalentes liberales. Por tecno-reduccionista entonces no me estoy refiriendo a una categoria que engloba un grupo de gente claramente definido, si no a un tren de pensamiento más o menos fuerte en diversos autores (y a su vez en sus diversos escritos) y que se basa fundamentalmente en reducir el socialismo a la planificación, la planificación a lo técnico, y lo técnico a la computación. Uno puede ver distintos grados de intensidad para cada uno de estos reduccionismos en una misma figura o escrito, pues no es tanto una lista de condiciones a cumplir si no una secuencia de ideas y suposiciones que conduce a un entendimiento reducido de estas 3 cosas.
Reducir el socialismo a la planificación
Si uno está familiarizado con Cockshott, casi seguramente también este familiarizado con sus inentendibles ideas respecto a la comunidad queer y los derechos LGBT. Y es que en su artículo The Political Economy of Gay Marriage in Progressive Countries, basándose en pequeños e insignificantes hechos de gente gay alineándose con la derecha (como si la existencia de Ernst Rohm implicara que la comunidad queer fuera defensora del régimen nazi) y en la malinterpretación de estudios, Cockshott argumenta que “el movimiento por el matrimonio gay es fundamentalmente conservador, orientado a asegurar la posesión de propiedad relativamente privilegiada y empeora ligeramente la posición relativa de las mujeres en la sociedad.”.
Uno de sus argumentos para sustensar esto es que en el mundo angloparlante la lucha por el matrimonio gay recibio un fuerte impulso de parte de sectores mas adinerados de la comunidad que demandaban tener acceso a los beneficios economicos que implicaba el matrimonio, de ahí concluyendo que el matrimonio gay esta fundamentalmente “dirigido a asegurar propiedad relativamente privilegiada”, que es como sugerir que la descolonización en África y Asia fue fundamentalmente conservadora porque la burguesía urbana, nativa y occidentalizada fueron impulsores del mismo, en vez de la mas logica conclusion de que son movimientos heterogeneos donde por razones evidentes los sectores con mas poder e influencia fueron los mas escuchados.
Aca también encontramos el típico argumento que todo pseudo intelectual marxista de Twitter dice para mostrar lo riguroso y ortodoxo que es. “Las cuestiones de genero/sexualidad son irrelevantes porque son ajenos a la clase y/o están cooptados por grandes empresas como forma de hacer publicidad y/o son solo una forma de quitar la atención de problemas de clase”. Wow, que contrario y edgy que sos hermano ¿no se te ocurrió que la abolición del modelo de trabajo reproductivo en base a la familia nuclear, uno de los puntos básicos del marxismo, es también un tema comun en el feminismo y teoria queer? ¿O ahí no llega tu marxismo ultraortodoxo?
“¡Abolición de la familia! Al hablar de estas intenciones satánicas de los comunistas, hasta los más radicales gritan escándalo. Pero veamos: ¿en qué se funda la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado. Sólo la burguesía tiene una familia, en el pleno sentido de la palabra; y esta familia encuentra su complemento en la carencia forzosa de relaciones familiares de los proletarios y en la pública prostitución. Es natural que ese tipo de familia burguesa desaparezca al desaparecer su complemento, y que una y otra dejen de existir al dejar de existir el capital, que le sirve de base. ¿Nos reprocháis acaso que aspiremos a abolir la explotación de los hijos por sus padres? Sí, es cierto, a eso aspiramos.”
Marx y Engels en El Manifiesto Comunista
Lo último que voy a mencionar respecto a Cockshott es que, sorprendentemente, en Hacia un Nuevo Socialismo detalla un sistema de trabajo reproductivo coordinado comunalmente e integrado con la planificación económica. Pero a pesar de esto, por algún motivo indescifrable, no cuestiona su suposición de que este tipo de reorganización fundamental no implicaría a su vez distintas relaciones sociales, valores culturales y formas de entender la sexualidad y género. Una crítica más amplia y sistemática de Cockshott en lo que a esto respecta se puede encontrar en este articulo de Nicolas Villareal.
Quizás es la poca importancia histórica relativa que tuvo la planificación respecto a otros aspectos del marxismo lo que de cierta forma causo este reduccionismo a día de hoy, o quizás es un entendimiento muy limitado y muy infantil de los conceptos de infraestructura y superestructura de Marx lo que lo origino. Sea lo que sea, hay un indiscutible fenómeno de limitación del socialismo a tan solo planificación económica y/o de entender como no relacionados la planificación económica y los otros elementos del programa marxista. Ignorar el “proyecto más amplio de recuperación de las ideas originales de la revolución” para usar palabras de Cockshott
Reducir la planificación a lo técnico
Este segundo reduccionismo es el más simple de los tres, pues es lo primero en lo que uno piensa al escuchar el termino tecno-reduccionismo; la idea de que la tecnología por sí misma se ocuparía de todo lo que implica la planificación. Para ejemplificar a lo que me refiero voy a proveer dos casos, uno de los austriacos y uno de socialistas
Como ya se ha dicho, la crítica que realiza Hayek a la planificación se basa en la imposibilidad de recopilar y procesar la información necesaria, que según ellos solo se expresa en forma de precios monetarios en un mercado libre. Los nuevos austriacos añaden a esto una apreciación por la “función empresarial”, que Huerta de Soto (el más importante austriaco hispanohablante) define en su libro Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial como “la capacidad típicamente humana para darse cuenta de cuáles son las oportunidades de ganancia que existen en el entorno”
Cualquiera que ponga la mas minima atencion a esta oración va a encontrar un problema. Por supuesto que los precios y la función empresarial son esenciales para encontrar “oportunidades de ganancia en el entorno”, pero el único entorno en el que se busca esto es una economía capitalista. Estos autores llegan a la conclusión de que la función empresarial es necesaria para la racionalidad económica partiendo de la base de estar en una economía basada en la función empresarial y la búsqueda de ganancia. El propio Huerta de Soto reconoce esta naturalización de la economía del mercado para su argumento, planteando que “en un sentido amplio, coinciden los conceptos de sociedad y mercado, por lo que la definición que damos de sociedad en el texto es plenamente aplicable al mercado”. El gran argumento austriaco se resume, básicamente, en que los mecanismos de mercado son necesarios para resolver problemas propios de una economía de mercado.
Estos autores no son socialistas, pero muestran rasgos de tecno-reduccionismo al empezar su argumento asumiendo que la planificación es otra solución matemático-técnica para resolver un problema dado (obtener y procesar la información para descubrir la opción que genere la mayor ganancia) en un contexto institucional dado, en vez de la constitución de un contexto institucional totalmente distinto que busca objetivos distintos. La ciber-planificación no puede ni debe ser tener a una hoja de Excel realizando funciones matemáticas para cumplir el rol que cumple un empresario en una economía capitalista, las formas de organización de la producción siguen lógicas distintas y el entramado institucional es por definición radicalmente diferente. Esto es particularmente irónico en el caso de Hayek, quien correctamente critica al tecno-reduccionismo pero que al mismo tiempo reduce el debate a una cuestión técnica cuando naturaliza las condiciones de una economía mercantil como condiciones de todo orden social
Por el otro lado, para el ejemplo socialista de este reduccionismo tenemos a Leigh Phillips. En su ya mencionado libro People Republic of Wallmart Phillips ya muestra ciertos atisbos, pero aca voy a centrarme en otro de sus libros, Austerity Ecology & the Collapse-Porn Addicts. En este, el autor critica a ambientalistas de diversas indoles (ecosocialistas, decrecionistas, etc) que argumentan que los problemas ambientales no pueden ser solucionados meramente con el crecimiento económico (lo que el dice es “austeridad”), respondiendo que los adelantos tecnológicos permitirán superar estas problemáticas.
Es un libro interesante, se basa enteramente en discutir con gente con la que el autor discrepa y donde este continuamente acusa a sus contrarios de primitivistas, maoístas o algo así para después seguir de largo como si ya hubiera dado una respuesta razonable. Esto se demuestra claramente cuando Phillips aborda (y lo hace muy poco, convenientemente) la cuestión de las diferencias de consumo y producción entre el 1er y el 3er mundo. Cuando no cataloga el considerar importantes estas diferencias como “igualitarismo primitivista de la asesina China de la Revolución Cultural” (cita textual) Phillips intenta desvalorizar dicha brecha o directamente ignorar su existencia. Hablando de como en sus días universitarios se realizaba un “Buy-Nothing Day”, en el que se intentaba comprar menos como critica al consumismo, el autor dice que
“It was the assumption of equally grandiose levels of wealth in that little word ‘we’ in the demand that ‘we all should consume less’ that bothered me so much, the idea that ‘we’ in the West, every last one of us, were living a life of Riley, of carefree luxury and prosperity. I certainly didn’t feel that I or many of my friends in similar situations were overconsuming at all”
Claro, Phillips no es expresamente tecno-reduccionista, las tecnologías solas no alcanzan para solucionar nuestra crisis climática, sino que también hacen falta cambios políticos y sociales y bla bla bla. Retorica de izquierda indefinida que escuchas en cualquier lado. Perfecto, hacen falta cambios “estructurales”, estamos de acuerdo. Ahora, ¿cuáles son esos cambios? El autor se sustenta en la pobreza y miseria prevalente en el 3er mundo, y en que es el desarrollo lo que permitirá sacar a esa gente de esas condiciones. Claro que es necesario el crecimiento para ello. La mayor eficiencia y productividad, la construcción de infraestructura, la creación de nuevas industrias, etc son cosas claves para superar esos problemas. Pero aca de nuevo ignora las diferencias entre el 1er y el 3er mundo, y como estos se relacionan entre sí, intentando meter en la misma bolsa a los países subdesarrollados y los sobredesarollados.
Si el día de mañana todos los trabajadores del mundo, sean de Bangladesh, China, Nigeria o México, sean del sector manufacturero, agrario o minero, disfrutaran de mejores salarios, mejores condiciones laborales, beneficios como vacaciones pagas y salida por maternidad, si las firmas internacionales se vieran obligadas a seguir normas ambientales, a pagar los impuestos correspondientes, a invertir en desarrollo a largo plazo, etc ¿Que ocurriría con los precios de los bienes de consumo destinados al 1er mundo? ¿Que ocurriría con las industrias construidas alrededor de la producción en masa de estos productos (marketing, diseño, venta minorista/retail, etc) y que emplean a una significante porción de la población de los países sobredesarollados? ¿Que ocurriría con los programas sociales de esos estados, financiados con los ingresos que generan de dicho comercio internacional?
Phillips plantea un futuro socialista en la que el flujo interminable de recursos, trabajo y bienes al 1er mundo desde el Sur Global continua de manera que el nivel de consumo de los primeros no se vea afectado. De cierta forma, Phillips es el hombre de paja que construyen los austriacos; propone un socialismo en el que las relaciones de producción (internacionales) se mantienen idénticas, por que de otra forma seria imposible sostener el tipo de consumo que defiende. Si para los austriacos la tarea de una economía planificada es calcular cual opción sería la que genere más ganancias, como lo hace el mercado, para Phillips la tarea del socialismo seria calcular como continuar con el sobreconsumo de la región en la que el vive, como lo hace el mercado. Ambos consideran que todo lo que hay a la cuestión es la aplicación de tecnologías a cuestiones ya dadas por hecho de antemano.
Reducir lo técnico a la computación
Tratando de evitar ambos extremos me he concretado a una intención primordial y de superlativa importancia: demostrar la totalidad del asunto. Algunas personas piensan que la cibernética es otra palabra para expresa la automatización; otras, que se trata de experimentos con ratas; otras, que es una rama de las matemáticas; otras, que se trata de construir una computadora capaz de encargarse de mantener en marcha un país. Mi esperanza es que, después de leer este libro, comprendan las personas como todas estas nociones maravillosamente diferentes, pueden ser simultáneamente reales, y también porque ninguna de ellas atañe mucho al punto
Stafford Beer, en Cibernetica y Administración
En los últimos años se ha vuelto muy popular el termino ciber-comunismo, ejemplos de esto son la susodicha recopilación de escritos de Cockshott en español que lleva ese nombre o el colectivo cibcom.org. En general, parece ser que este termino se usa para englobar a todo aquel que incorpore a las nuevas tecnologías en su argumento por la planificación. Aquí es donde identifico yo el tercer y ultimo reduccionismo.
Como ya se ha dicho, muchos socialistas plantean a la planificación como simplemente ingresar datos en una calculadora Cassio, no solo en tanto ignorando cambios de tipo social-institucional si no teniendo una fe ciega en la omnipotencia de las tecnologías para la reorganización de la sociedad. El propio Lange demostró algo similar al declarar (aunque en parte bromeando) “Pongamos las ecuaciones simultaneas en un computador electrónico y obtendremos la solución en menos de un segundo”. El gran defecto de este esquema es que no logra superar la crítica hecha por Hayek, según la cual la principal problemática que enfrentaría una economía planificada no es una de computo si no de acceder a la información necesaria para ello, que según él los socialistas daban por dada. Cockshott exhibe claramente este reduccionismo, aunque también hay que ser justos y señalar que su area de estudio son las ciencias de la computación, por lo que razonablemente será eso en lo que mas se enfoque su trabajo.
A pesar de la constante apelación a la tecnología que hacen autores de esta índole, es inexistente su abordaje de lo ciber del ciber-comunismo, de la cibernética propiamente dicha, por lo que estarían mas cerca de ser “tecno-comunistas” que otra cosa. Esta diferenciación entre tecno y ciber no es una irrelevancia semántica. En la imaginación general, ciber refiere básicamente a lo digital, a las TICs y/o a robots, por lo que ciber-comunismo es simplemente comunismo con esos elementos agregados. De ser este el caso, se vuelve imposible responder apropiadamente al argumento de Hayek, puesto la herramienta para hacerlo, la cibernética, la ciencia de la información y el control, está siendo pasada por alto.
Este es el reduccionismo más difícil de superar, pues mientras los otros 2 pueden ser de cierta forma solucionados a través de razonamientos lógicos sencillos (una sociedad socialista implicaría más cambio que la planificación económica, y la planificación económica implicaría más cambio que solo agregar tecnología, respectivamente) superar este último implica entender que es y que estudia la cibernética, aunque sea de forma rudimentaria y resumida.
Cibernetica, ciencia de la información y el control
“Science, as well as technology, will in the near and in the farther future increasingly turn from problems of intensity, substance, and energy, to problems of structure, organization, information, and control.”
John Von Neumann
En la década de los 40s, un grupo de científicos se había juntado con el objetivo de tratar temas relacionados a la guerra mundial en curso. Debido a pertenecer a diferentes campos, les fue difícil comunicarse entre sí, por lo que acabaron discutiendo sobre algo que les concernía a todos pero que ninguno estudiaba: el control. Esta discusión también fue difícil, pues todos tenían un entendimiento muy parcial del tema (los físicos entendían por control lo que ejercía la fuerza de la gravedad, mientras que los neurofisiólogos reducían todo al cerebro) a falta de un vocabulario común.
Paralelamente, dos miembros de este grupo estaban diseñando una máquina que le permitiría leer a la gente sorda, esta detectaría letras de una impresión y las “leería” en voz alta. Al enfrentarse con el problema de como lidiar con distintos tamaños de letra, los científicos pensaron en que la maquina podria ajustarse automáticamente (controlarse, por decirlo de otra forma) al tamaño apropiado, desarrollando su idea en un diagrama que dejaron en la sala común. Mas tarde, cuando uno de los neurofisiólogos vio el esquema, pregunto “¿quien está intentando dibujar la cuarta capa del córtex visual del cerebro?”
Aquí tenemos la raison d'être de la cibernética, y el gran descubrimiento que hizo Norbert Weiner, su padre fundador. Weiner argumento que uno podía entender todos los sistemas, sean orgánicos o inorgánicos, físicos o sociales, a partir de sus mecanismos básicos de autorregulación, retroalimentación y homeostasis2 frente a su ambiente. Esto queda claro cuando vemos el origen del término cibernética, cuya etimología proviene del acto de maniobrar el timón de un barco, ajustando continuamente respecto al accionar del viento y las olas para mantenerse en curso. En palabras de Lange en Introducción a la Economía Cibernética
“Weiner ha demostrado que los principios del funcionamiento de la autorregulación en los organismos vivos son los mismos que los del funcionamiento de la regulación automática en los aparatos técnicos. Ambos casos de autorregulación pueden presentarse por medio del mismo esquema y la misma teoría matemática.Weiner fue aún más lejos e hizo observar que de manera análoga pueden abarcarse la regulación y el control de los procesos sociales y económicos”
En esta línea es que escribe Stafford Beer, quien fue el primero en aplicar la cibernética a la gestión de organizaciones, y aquí ya nos estamos acercando a la carne del asunto. Beer trabajo en el área de investigación operativa de la firma inglesa United Steel, donde puso a la práctica estos principios cibernéticos para el manejo de la empresa. Durante esta época es cuando Beer escribiría buena parte de su bibliografía, que sería leída por el personal económico de la administración de Salvador Allende, entonces presidente de Chile, marxista y líder del frente electoral Unidad Popular
En esa época, la economía chilena se sustentaba en la exportación de recursos minerales como el cobre. Estas riquezas subterraneas eran propiedad de capitales extranjeros, quienes exportaban a fuera del pais tanto la materia prima sin refinar como las ganancias que esto les producia. Allende llega al poder con la promesa de cambiar esto. A través de mecanismos institucionales preexistentes, principalmente la Corporación de Fomento de la Producción, o CORFO, el gobierno de la Unidad Popular llevo a cabo una nacionalización gradual, negociada y compensada de sectores claves de la economía chilena.
Dicho personal económico incluía a Fernando Flores, Director General Técnico de CORFO, quien invitaría a Beer a servir de asesor para la reorganización de las industrias nacionalizadas. De esta colaboración es de donde surgió el famoso proyecto Synco, más conocido como proyecto Cybersyn
Proyecto Cyberysn
El proyecto Cybersyn fue un intento de llevar a cabo una planificación en tiempo real de la economía chilena a través de una reorganización según principios cibernéticos de las firmas nacionalizadas. Cuando uno escucha hablar de Cybersyn, usualmente el tema de la conversación es Cyberstride, el software estadístico usado para realizar las tareas de cómputo, o la sala de comando (Opsroom) desde donde se visualizaría a tiempo real la información económica y se respondería a ella.
Pero a pesar de que la imaginación popular se centra casi exclusivamente en alguna de estas dos cosas, considero que lo más importante e interesante del proyecto no es ninguna de ellas, si no Cybernet. Este fue el nombre que recibió la red de comunicaciones que conecto a fábricas, organismos gubernamentales y universidades a lo largo3 del país a través de máquinas de teletipo compradas por la administración anterior. Esto, sumado a la reestructuración de la burocracia estatal según el Modelo de Sistema Viable de Beer, fue lo que le dio un carácter genuinamente cibernético a la planificación, y lo que hace que se pueda argumentar que el Chile de Allende fue el primer y único estado cyber-socialista de la historia4
Considero que para demostrar el potencial de la planificación cibernética en acción, y ejemplificar como este encara los problemas de la información señalados por Hayek, es clave el análisis del rol que tuve el proyecto Cybersyn ante la protesta patronal antigubernamental ocurrida en Chile en Octubre de 1972.
En octubre del 72, una asociación patronal de camioneros de la provincia sureña de Aysén declararon paro debido a las reformas que estaba llevando a cabo el gobierno de Allende. La oposición tomo la oportunidad. Para el 10 de octubre, doce mil propietarios de camiones, sumados a otras patronales y gremios profesionales (con notable apoyo monetario de la CIA), participaban de la protesta que paralizo la economía chilena con el objetivo de derrocar al gobierno de Allende. La distribución de alimentos, medicamentos, gasolina y materiales para la producción se detuvo, las patronales de venta minorista cerraron sus comercios, obligaron a la fuerza a aquellos que se negaban a cerrar y se organizaron para destruir y acaparar bienes de consumo básicos. Se estima que la protesta cerro el 80% de las tiendas en la ciudad Valparaíso y el 90% en Viña del Mar.
En ese contexto de crisis fue a Flores a quien se le ocurrió emplear Cybersyn para gestionar el paro. Junto a Mario Grandi, el encargado del trabajo con estadística histórica, ambos se pusieron a trabajar para formar un sistema que empleara la red de teletipos Cybernet para ello. Este sistema unia al presidente, los ministros y a representantes sindicales en un “comando central” que permitiría responder rápidamente a los constantes cambios de la situación. Sumado a esto, se establecieron comunicaciones directas con industrias de energía, agricultura, salud, comercio, manufactura y transporte para lidiar con los problemas de distribución y suministro, localizando la situación y disponibilidad de los camiones, determinando cuales rutas estaban liberadas y cuales bloqueadas, etc.
Esta red permitió no solo que la información en el campo suba por la cadena de comando y las ordenes bajen, si no que más que nada habilito una coordinación en tiempo real de los sectores y recursos económicos aun en funcionamiento. Situaciones de escasez de materiales en fábricas podían ser comunicadas a centros de decisión regionales que inmediatamente buscaban una fabrica cercana que pudiera suministrarlo y un camión para hacer el traslado. Los teletipos a su vez permitían guardar registro de la información, lo que facilitaba la toma de decisiones y el análisis de las problemáticas que surgían. Por último, también es importante mencionar el rol que jugaron otros actores aparte de Cybersyn, como contraposición al 2do reduccionismo (reducción de la planificación a lo técnico). Cordones industriales de fabricas organizadas intercambiaron materiales e información para mantener la producción, a la vez que cooperaron con organizaciones de base como grupos estudiantes y de madres para asegurar la distribucion de bienes de consumo esenciales.
Lange y Mises, Cibcom y Hayek
Cuando Lange estaba escribiendo su respuesta a los argumentos de Mises, se detuvo a reconocer la importancia e influencia del aporte del austriaco. Incluso llegando a decir en On the Economic Theory of Socialism que
"Los socialistas tienen sin duda buenas razones para estar agradecidos al profesor Mises, el gran advocatus diaboli de su causa. Ya que fue su poderoso desafío el que obligó a los socialistas a reconocer la importancia de un sistema adecuado de contabilidad económica para guiar la asignación de recursos en una economía socialista."
“Tanto como expresión de reconocimiento por el gran servicio prestado por él, como recuerdo de la importancia primordial de una contabilidad económica sólida, una estatua del profesor Mises debería ocupar un lugar honorable en el gran salón del Ministerio de Socialización o de la Junta Central de Planificación del estado socialista.”
“Y luego, para completar la desgracia, un profesor socialista podría invitar a sus estudiantes en una clase sobre materialismo dialéctico a ir a ver la estatua, para ejemplificar la List der Vernunft de Hegel, que hizo que incluso los economistas burgueses más acérrimos sirvieran inconscientemente la causa proletaria.”
Estas de otra forma extrañas frases no tiene sentido fuera del contexto de la apreciación que Lange hace del notorio anti-comunista por su rol en introducir y darle relevancia en los círculos socialistas al asunto del cálculo económico. El economista polaco apunta a que, aun trabajando en contra del movimiento comunista, los aportes de Mises acabaron fortaleciéndolo a raíz de la introducción de nuevas temáticas en el canon marxista, entre las que se encuentra su propia obra.
Considero que, tomando en cuenta todo lo dicho en este texto, lo que debe definir a una corriente ciber-comunista es tener un planteo respecto a Hayek análogo al que Lange hace respecto a Mises. Hayek fue astuto en señalar cierta relación entre el sistema de precios y la información, y su critica a lo que yo denomino tecno-reduccionismo conllevo un fortalecimiento de la posición socialista, que vemos expresada con claridad hoy en día con el renacido interes por la cibernética. Es claro que su obra padece de limitaciones, principalmente a raíz de ser anterior a la fundación de la teoría de la información y de la cibernética con la publicación del articulo de Shannon y del libro de Wiener respectivamente, ambos publicados en 1948. Pero no creo fuera de lugar sugerir la idea de una estatua de Hayek en la entrada de la sala de servidores del Ministerio de Planificacion de un estado cyber-comunista.
El termino “socialistas de mercado” es algo engañoso porque es debatible a que grado lo que estos autores proponen se asemeja realmente a un mercado, el termino “socialistas neoclasicos” es teoricamente mas adecuado pero practicamente menos util
es decir, el mantenimiento de una variable (temperatura, precio, etc) en un rango deseado
Pero no ancho porque eran chilenos JUA JUA JUA COMEDIA
por parcial y rudimentario que haya sido tanto lo cyber como lo socialista en la economía chilena de la época
Bestia. Le voy a decir a mis hijos que este era Marx pero taringuero.